Soy de Maipú, Provincia de Buenos Aires. Tengo 55 años. Estoy casado con Inés, con quien criamos a cinco hijos. A los 24 años, me recibí de abogado y más adelante hice un master en marketing y cursé la carrera de coaching ontológico.
Soy un apasionado de la industria argentina, desde joven entendí que el desarrollo de nuestra industria era el camino para vivir en una sociedad que integre a todos sus ciudadanos y les mejore la vida.
Me crié en una familia ligada a la fabricación de cosméticos, que comenzó como Pyme y creció gracias al trabajo y el compromiso de mis padres.
En 1993, adquirimos una antigua compañía proveedora de la industria de la construcción, Cerámica Alberdi, que se encontraba en concurso preventivo y que por entonces atravesaba dificultades financieras y estaba tecnológicamente atrasada. Asumí como presidente y, junto con mi hermano, Ignacio Rappallini, transitamos años de mucho esfuerzo, en el que logramos levantar el concurso, cumplir con todas las obligaciones e iniciar un proceso de renovación tecnológica y de productos. Desde 1995, comencé a participar en las cámaras industriales de pisos y revestimientos, y de cerámica roja. Una década después, logramos posicionar a Cerámica Alberdi como líder en el mercado de pisos y revestimientos, rango que mantiene hasta el día de hoy, con plantas industriales en las Provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Salta, y exportaciones a más de treinta países.
Encabezar este proceso de transformación me permitió consolidarme en el manejo diario de una gran industria, con todo lo que ello implica: trato con trabajadores, apertura de nuevos mercados locales e internacionales, negociación con sindicatos, relación con proveedores, mejoras en los procesos, inversión en tecnología, búsqueda de financiamiento, definición de productos, y desafíos impositivos y administrativos a los que dar solución. Durante esos años, estos constantes retos me permitieron absorber conocimientos que al día de hoy aún aplico en mis proyectos industriales. Al mismo tiempo, mi paso por Cerámica Alberdi me significó estudiar e interactuar con los mercados europeos vinculados a la industria de la construcción y, en especial, adquirir un fuerte conocimiento de los sistemas de transferencia tecnológica y de financiamiento, así como de las políticas aplicadas para el crecimiento sostenido de las economías.
En 2005, atento a la dificultad que enfrentaban las industrias para encontrar terrenos aptos para el uso productivo y consciente de la importancia de reducir el impacto medioambiental de la a ctividad, fundé Alberdi Desarrollos SA, dedicada al diseño y comercialización de parques industriales, con el objetivo de ampliar la oferta de terrenos industriales de la más alta calidad internacional, amigables con el medio ambiente y cercanos a la Ciudad de Buenos Aires.
Pocos años después nacieron los polos industriales de Ezeiza y Spegazzini, que hoy cuentan con más de 600 hectáreas y, desde 2012, reciben empresas de los más diversos sectores industriales, como calzado, metalúrgica, bebidas, alimentos, química, laboratorio, logística, entre otros. Mi experiencia como industrial fue fundamental para entender a fondo las necesidades que una industria requiere para radicarse y brindar así las mejores condiciones para que su funcionamiento sea el más propicio. Además, el contacto diario con industrias de diferentes sectores que eligen los Polos Industriales desarrollados por Alberdi Desarrollos para radicarse me permitió nutrirme de las experiencias diversas y características particulares de cada rama productiva.
En 2012, junto a ocho parques, convocamos a los titulares de los más de ochenta parques industriales de la Provincia de Buenos Aires, para la creación de una Red que nos nucleara para promover en conjunto las ventajas que para un empresario industrial ofrece el hecho de radicarse en parques especialmente pensados y construidos para el uso industrial. Esta Red, que se constituyó como asociación civil en 2013 y tuve el honor de presidir durante cinco años, organiza anualmente la Exposición EPIBA, que convoca a miles de Pymes industriales, a sus proveedores, a las autoridades nacionales, provinciales y municipales, a las diferentes entidades de crédito del país, y a los propios desarrolladores de parques industriales, para generar nuevas sinergias y negocios.
En mayo de 2018 fui elegido Presidente de la Unión Industrial de la Provincia de Buenos Aires (UIPBA), cargo que se sumó al de Presidente del Departamento Pymi y Desarrollo Territorial de la Unión Industrial Argentina (UIA), que ejercí entre 2018 y 2021. Estos roles reforzaron mi vocación y mi responsabilidad como defensor de la actividad industrial de nuestro país. En junio de 2019, la Asamblea General de la UIA dispuso incorporarme al Comité Ejecutivo de la entidad, como Protesorero 1ero. Dos años después, fui elegido Tesorero de la entidad, y luego fui seleccionado como Vicepresidente Regional de la entidad, además de integrar el Comité Ejecutivo.
Durante toda mi vida, estuve dedicado y abocado a la industria. Esto me permitió conocer a fondo las dificultades que enfrentan los empresarios en Argentina para prosperar y posicionar sus productos en los mercados internos y externos. Estoy convencido de que Argentina es un país con vocación industrial, y desde mi lugar trabajo todos los días para que nuestros industriales puedan liberar toda su potencia, para elevar la productividad y competitividad de nuestra economía, únicos caminos para lograr un desarrollo genuino y sustentable.