Entrevista para El Tribuno Salta (27-12-2024)
Al igual que la mayoría de las actividades productivas en el país, la industria argentina cierra un año complejo, en el que el ritmo de la economía estuvo marcado por la retracción en los índices de producción y empleo y el cierre de fábricas. Por otro lado, las restricciones a las exportaciones, al igual que la creciente inflación, le pusieron serios condicionamientos al acceso de los productos a los mercados, mientras que la falta de crédito y la presión impositiva no dejaron de orbitar entre las preocupaciones de los industriales. En 2025 la actividad enfrentará desafíos relacionados a la estabilidad económica, la competitividad global, con la sombra siempre amenazante de la apertura de importaciones, la transición energética y la innovación tecnológica, entre otros aspectos. Martín Rappallini es el Presidente de la Unión Industrial de la provincia de Buenos Aires y Vicepresidente Regional de la UIA, Unión Industrial Argentina. También Directivo de los Parques Industriales Privados, siendo por lo tanto un referente nacional en la materia. Su mirada sobre la industria se sostiene con una fuerte carga de experiencia en la actividad en diversos rubros que lo vinculan directamente con Cerámica Alberdi, la firma que en Salta tiene la línea de producción más importante de la región, con alta participación en el mercado nacional y exportaciones a más de treinta destinos, entre los que se destacan EE.UU. y países de la región como Chile y Uruguay. En contacto con El Tribuno Rappallini habló sobre lo que dejó este año y las perspectivas de la actividad para el próximo.
Usted conoce la industria nacional por regiones ¿qué balance puede hacer de la actividad en el país?
La primera parte del año tuvo una fuerte caída en casi todos los sectores. Luego mermó. Es importante entender que esta caída fue propia del ajuste y desde ya forma parte de las preocupaciones de los industriales para el 2025. Pero por otro lado, el gobierno realizó grandes avances en el ordenamiento macroeconómico y cuentas públicas. Han logrado una baja de la inflación, la estabilización del dólar, una baja del riesgo país y baja de tasas para otorgamiento de créditos al sector productivo, como principales puntos a mi entender. Esto es fundamental para el correcto funcionamiento de nuestro sector.
¿Notó alguna mejoría a lo largo de este año con respecto a diciembre del año pasado?
Si. Hoy los industriales tenemos mayor certidumbre. Para nuestro sector es fundamental poder planificar, proyectar y sin certezas, es muy difícil hacerlo.
¿El RIGI y el anuncio de la reducción en la cantidad de impuestos les genera alguna expectativa?
La aprobación del RIGI fue sin lugar a dudas un avance para poder desarrollar los sectores energéticos y mineros de nuestro país. Ahora estamos trabajando, de forma conjunta con el gobierno, en un RIGI para las Pyme. Por la altura del año en que estamos, es difícil que se le dé tratamiento, pero en la 30° Conferencia de la UIA, el Gobierno presentó un proyecto para establecer condiciones que promuevan la inversión de las Pyme, similar al RIGI. Este proyecto para nosotros es fundamental. La industria es un sector que continuamente invierte, actualiza tecnología y desarrolla nuevos productos. Un régimen de inversiones va a motorizar el crecimiento del segmento y confiamos en que se le pueda dar tratamiento lo antes posible para que entre en vigencia.
Parece ser que las únicas que pueden reponerse de las caídas son las grandes industrias. ¿Cual es el estado real de las Pyme?
Tanto las Pyme como las grandes industrias conforman el entramado industrial nacional, las Pyme sin lugar a dudas son las que más afectadas se ven pero a lo largo de la historia demostraron gran capacidad de resiliencia y tanto desde UIPBA como desde UIA trabajamos para que se sigan desarrollando. Hoy la situación depende del sector, pero para darte un dato general, la producción de alimentos y bebidas aumentó en julio un +2,1% interanual, siendo el segundo mes de suba consecutiva, otros sectores como metales básicos – en agosto- registró una caída interanual de -11,5% por una baja en la producción de acero y hierro, mientras que la producción de aluminio presentó una suba de +1,2% en comparación con el mismo mes del año anterior. Es muy heterogéneo, según los sectores.
Ud. mencionó la idea de un incentivo para las Pyme al estilo RIGI, pero el problema para este sector sigue en la carga impositiva…
En el eje impositivo las Pyme requieren de sistemas diferenciales por sus propias características. Insistimos en la importancia de generar una Cuenta Única Tributaria para devolución de saldos a favor, y por otro lado, asociado a la presión tributaria, es importante que desde el Gobierno se trabaje en la reducción de la informalidad.
¿Cómo toman la apertura de importaciones? ¿Cual es el plan para competir a ese nivel?
Si bien los volúmenes de importación aún no son significativos, esto afecta a la industria nacional, ya que para poder competir necesitamos igualar las condiciones de producción -laborales y tributarias principalmente-. Respecto de esto, es importante entender que la industria es un sector transable, esto quiere decir que compite con el mundo, no solo cuando exporta, sino también en el mercado local, y es por eso que para competir necesitamos hacerlo en las mismas condiciones que el resto de los países que producen y exportan bienes.
¿Qué les está faltando a los industriales del país en materia de exportaciones?
Cuando hablamos de exportaciones tenemos que hablar de competitividad. Y es por eso que le pedimos al Gobierno trabajar en las mismas condiciones de producción, lo que desde la UIA llamamos «igualar la cancha». En la microeconomía es necesario revisar el esquema tributario sobre los transables. Hoy Argentina está primera en el ranking junto con Brasil en materia de la presión tributaria, con 52% ajustado por la informalidad. En este sentido, desde las entidades empresariales insistimos en la necesidad de establecer un esquema tributario para los sectores productivos que compiten con el mundo, tanto puertas adentro, como en sus exportaciones. Queremos realizar un análisis sector por sector, para identificar dónde radican las mayores desventajas y poder darles solución.
La infraestructura y los costos logísticos siempre fueron un tema de análisis en la actividad. ¿Cómo están con esto?
Argentina tiene costos logísticos muy por encima de los del resto de los países de la región y del mundo, incluido Europa, USA y China. Si nos comparamos con países del continente, tenemos una incidencia del costo logístico del 43%, mientras México tiene el 11%, Chile 0 y Brasil -1. Esto es una gran desventaja ya que el costo logístico y las falencias en infraestructura se traspasan directamente a costo y nos quita competitividad.
Los sindicatos dicen que este año se cerraron 2300 industrias. ¿Comparten este número?
La verdad desconozco cómo alcanzan ese número. Lo que te puedo decir es que la industria tuvo una fuerte caída en la primera parte del año, que mermó a partir de julio. Los industriales somos sobrevivientes, tenemos todo nuestro capital enterrado en las fábricas y trabajamos día a día por nuestras industrias. Entendemos que se debe seguir avanzando en la actualización de la normativa para promover la generación de empleo. Los convenios colectivos de trabajo son obsoletos, no prevén ni las tecnologías, ni los roles y condiciones de trabajo que tenemos hoy en nuestras empresas. Es sin lugar a dudas un eje clave para revertir la caída del empleo y fomentar la generación.
En Salta, la industria minera tiene problemas para acceder a mano de obra calificada. Con el avance de la tecnología, esto se replica en otras actividades. ¿Cual sería una salida más o menos inmediata a este problema?
Si, depende del sector productivo. Pero aquellos que son mano de obra intensiva necesitan de personal formado. Para mi este también es un eje a priorizar el próximo año. Estamos hablando mucho de productividad y competitividad. Desde el sector industrial estamos planteando (tanto a nivel nacional como provincial) en la necesidad de desarrollar currículas que se ajusten a las necesidades/demandas del sector productivo. Si analizamos el esquema italiano, ellos desarrollaron los ITS, Institutos Técnicos Superiores, donde el sector privado, en articulación con el público diseñaron las currículas par garantizar que la industria tenga los recursos formados y a su vez como una salida laboral asegurada para todos aquellos que sigan esas carreras.
En nuestro caso, desde Cerámica Alberdi hicimos un gran plan de capacitación donde con formaciones cortas logramos grandes mejoras en la productividad (sobre todo en el manejo de máquinas) y desde los colaboradores, han tenido significativas mejoras salariales gracias a la incorporación de nuevos conocimientos y habilidades.
¿Cómo ven el acceso al crédito?
El sistema financiero tiene mucho que ver con ordenamiento macroeconómico. Si baja la inflación va a haber más ahorro y solo habiendo ahorro puede haber crédito para el sector privado. El porcentaje del PBI que se destina en Argentina para crédito al sector privado es muy bajo. Trabajar en ampliarlo y en que se den incentivos para la inversión en Investigación y Desarrollo es fundamental para que el sector productivo adquiera tecnología y mejore sus estándares de productividad. Confiamos que en el marco de este ordenamiento y la baja de tasas se ampliará la oferta para el sector industrial.
El sinceramiento de la economía y la baja de la inflación suponen una mejora en el consumo en el mercado interno. ¿Uds ven algún signo de reactivación?
No es tan lineal; el «sinceramiento» o mejor dicho «ordenamiento» implicó un ajuste y en consecuencia una caída de la actividad. Hay buenas perspectivas, del último relevamiento realizado por la UIA muestra que los industriales proyectan mejoras tanto en la situación económica de sus empresas, como así también del sector y de la economía en general del país. Pero esto dependerá de que se trabaje en la micro, especialmente en la situación de las Pymes. Hay preocupación por la caída de la demanda, las importaciones y los aumentos de los costos, principalmente salarial y de insumos.